Los comienzos y "Mamá Doris"
NOMBRE DE LA COMUNIDAD: Proyecto “Asociación Luz de Esperanza”
DATOS DE IDENTIFICACIÓN:
Localidad y
país:
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Ciudad de El Alto.
Bolivia.
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Persona responsable y de contacto:
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Doris Yolanda Huertas Quino
Víctor Cosi |
Institución responsable:
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Apostólicas del Corazón de Jesús
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Ámbito de la innovación:
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Local
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Tiempo de desarrollo:
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2000 – 2015
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Población beneficiaria:
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Chicos de la calle de la Ciudad de La Paz y de El Alto
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Modalidad educativa:
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Rehabilitación, por la educación y el trabajo
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DESCRIPCIÓN DE LA COMUNIDAD
- ¿Qué es el proyecto?
Luz de Esperanza
es una organización sin fines de lucro, que viene trabajando desde el año 2000 en bien de los chicos de la calle de
la ciudad de El Alto y La Paz, se decidió la realización de un trabajo de
acercamiento con los mismos, detectando inicialmente tendencias hacia la
marginalidad y la delincuencia expresadas en agresividad, aislamiento y consumo
de alcohol e inhalantes.
La hermana
apostólica Doris Yolanda Huertas Quino decidió realizar un plan de trabajo
específico con los chicos de la calle, con el objetivo de disminuir su conducta
agresiva y generar así las condiciones para que pudieran integrarse al
grupo. Por este motivo realizó varios
encuentros de orientación y actividades como la puesta en marcha de un servicio
de salud que los atendiera en sus múltiples problemas (enfermedades, heridas,
etc.) destinados a procesar el tema de la agresividad y a promover actitudes distintas al respecto.
El resultado
inicial del trabajo con estos niños permite afirmar que en 23 chicos se ha logrado disminuir la conducta agresiva,
constatándose un mayor cuidado de su persona, más respeto entre ellos mismos y
hacia los demás (chicos) y una disminución notable en el consumo de alcohol e
inhalantes. Actualmente el proyecto
cuenta con 27 chicos que están organizados para adquirir más confianza, lograr
una escolaridad adecuada y trabajar “honradamente” dentro del mercado laboral nacional.
- Contexto
La Ceja es una
zona muy grande de la ciudad de El Alto en la que vive gente de diversas clases
sociales, tanto de escasos recursos económicos como familias con mayores
posibilidades económicas. Se caracteriza
por su alta densidad poblacional y hacinamiento así como por pésimas
condiciones higiénicas. De otro lado, en
la zona se concentra gran cantidad de personas “marginales” (delincuentes,
alcohólicos, drogadictos, mendigos, etc.), condicionando que la sobre vivencia
allí sea bastante difícil e insegura. En
este ambiente viven y crecen alrededor de 350 niños menores de 15 años.
Actualmente existen pocas experiencias
de trabajo con niños, adolescentes y jóvenes, menos aún propuestas válidas de
intervención en los grupos caracterizados por tendencias agresivas y
antisociales. Existe una tendencia a
olvidar que estos sujetos son niños, aún cuando sus comportamientos muchas
veces superan las experiencias adultas de los educadores. En tanto tales, los chicos de la calle no
tienen control sobre sus emociones, ni saben postergar la satisfacción de sus
necesidades, y ello debe estar presente en cualquier propuesta de
intervención.
Luz de
Esperanza es una organización sin fines de lucro, que viene trabajando desde el
año 2000 en bien de los chicos de la calle de la ciudad de La Paz (Zona de
Cementerio General, primeramente) y de la Ceja de El Alto. Luz de Esperanza inició su trabajo en la zona
del Cementerio General realizando un diagnóstico, a partir de la cual define a
los chicos como prioridad para su intervención, buscando motivar a la comunidad
para que se organice y actúe dando atención a las dificultades que éstos
enfrentan.
- Desde dónde y por qué surge la Comunidad.
Es en esta
época que a raíz de la muerte de dos chicos, los amigos de los fallecidos
deciden contactarse con la hermana Doris y dar inicio a un proyecto que acoja a
los chicos de la calle, forjando una organización propia y sui géneris.
La experiencia
se inició en Marzo del 2000, cuando la hermana Doris Huertas se hace cargo del
terreno de Jichucirca Grande, atendiendo a chicos que en su mayoría, provenían
de hogares desintegrados y vivían en pequeños grupos. Al poco tiempo, el trabajo se amplió con
actividades educativas y recreativas, a las cuales se convocaba a los chicos
que deseaban quedarse.
Recién a
mediados de septiembre del 2000 se logra realmente que algunos jóvenes se
queden a vivir en el terreno del proyecto.
Uno de los
primeros desafíos fue entablar contacto con ellos, ya que esto suponía alterar
la rutina de ellos mismos, teniendo en cuenta la vivencia en la calle. Se plantea trabajar con ellos a fin de
disminuir la agresividad de los mismos y generar mecanismos de integración a la
dinámica del grupo.
Hace tiempo que la Congregación viene
planteándose la necesidad de atender a los chicos que viven y trabajan en la
calle. Desde julio de 1999, hemos empezado a tener contacto con un grupo de
chicos de la calle, alcohólicos, que lustran zapatos frente al cementerio,
algunos también trabajan dentro del cementerio, y otras veces ayudan a las
señoras que venden flores, muchos de ellos tienen problemas de alcoholismo
y en el
año 1,999 fallecieron 4 chicos
cuyas edades son de 15 a 18 años. La situación familiar se repite en muchos de
ellos, padres separados y la figura de padrastro o madrastra en sus casas; en
el caso de que los padres estén juntos existe problema de alcoholismo en la
familia. Varios de ellos se quedan a dormir en la calle y desde la cercanía,
amistad y hermandad que vamos teniendo, vamos acercándonos a sus familiares e
intentando apoyarlos en lo que van requiriendo.
En mayo del año 2000 de 5 a 8 chicos
de la calle, venían por las noches a la
casa de la congregación, lavaban su ropa, se aseaban con agua calentita, comían y charlábamos. En
ese tiempo estábamos buscando financiación para terminar el cercado de un terreno
que nos había dado la Diócesis y también
ir construyendo ambientes (cuartos, habitaciones), para que ya se puedan
quedar, y desde allí ver como estaba creciendo el proyecto e ir apoyando a los chicos en diferentes estudios
básicos y alternativos, como talleres de capacitación y encuentros, en función
de sus distintos intereses y motivaciones.
Con ellos organizamos paseos, campamentos y días de
recreo, son actividades que van surgiendo y que vemos necesarias para poder ir
sacándolos del mundo de la calle y del
alcohol.
Los chicos vivieron en nuestra casa de Mayo a Octubre, y
en agosto del 2000, conseguimos un apoyo de la Congregación para empezar a
construir una vivienda de 54 metros cuadrados, que constaba de dos cuartos, una
sala-comedor, una cocina y un baño. Por aquel entonces, en el terreno, existía
un depósito donde se guarda las herramientas y los chicos en septiembre
decidieron venirse mientras se hacía una parte del muro y allí empezaron a
vivir, ayudaban en la construcción de la primera casa y ya para diciembre
empezamos a vivir en la casa.
Mientras iban construyendo la casa o antes de empezar a
vivir allí, Daniel dejó de tomar e iba a la cárcel donde había un Proyecto de
enseñanza de computación (desde la Pastoral Penitenciaria), y se fue
interesando por la Computación. A la vez ya íbamos conociendo otras
instituciones que trabajan con niños y adolescentes, nos hemos acercado a
varios proyectos para conocer y saber como se desarrollan, pero la verdad es
que nuestro sueño es hacer algo junto con ellos y desde ellos; sobre todo con
los que quieren salir adelante y dejar este mundo de la calle y el alcohol.
Hemos coordinado con el comedor donde ellos almorzaban pero como dicen ellos
“para nosotros, que vivimos en la calle no valen los proyectos que funcionan de
lunes a viernes y de 9 a 5, nosotros necesitamos algo que funcione las 24 horas
y todos los días”, así que este tiempo y todo estos años hemos vivido muy intensamente y nos alegramos
de la respuesta, la organización y apoyo
de amigas y amigos.
Los módulos con los que contamos nos van quedando
pequeños y ya es necesario contar con más espacios.
A través del Ministerio de Rehabilitación y Género, que
se hace cargo de los Centros de Rehabilitación en Bolivia, hemos recibido
cursos de formación y estamos siempre en contacto con otras instituciones, e
incluso hemos recibido la invitación para ser parte de la Asociación de
Comunidades Terapéuticas.
En poco tiempo se nos han quedado los módulos pequeños,
de 24 a 27 chicos habitan regularmente en ella; y para este año 2005 esperamos
contar con tener ya todo el muro perimetral, ya que vamos teniendo mas animales
y cultivos y es necesario protegerlos
Para la construcción, contamos con el apoyo de material
(cemento, ladrillos…) y en estas obras,
la mano de obra la han ido poniendo ellos y lo que tendría que gastarse en remuneraciones lo estamos aprovechando para
mejorar “el rancho” (la alimentación).
Después de la construcción del taller, los chicos se
pusieron a arreglar un campo para tener su cancha de fulbito (fútbol sala), de
Junio a Septiembre del 2001 empezamos a echarle piedras a la cancha y para
octubre ellos con un maestro de obras, le echaron cemento; este trabajo les
tomó 6 días.
En diciembre participaron de un curso de carpas solares
(invernaderos) y han construido dos de 3.5 metros por 10 metros, con el apoyo
de Rebeca (Voluntaria de Cuerpo de Paz, ONG de la Embajada EEUU) que nos dio el
material y el asesoramiento para la construcción.
Muchas de las herramientas de trabajo con las que
contamos son el apoyo que nos ha brindado las Señoras de ABIA
Muchos de los chicos han ido a la escuela (año 2002). De
13 menores de 12 a 14 años que matriculamos 11 han terminado sus estudios y de
los mayores, (17 a 19 años) de los 10 que matriculamos han terminado 7. Nos da
mucho gusto poder apoyar y para este año tenemos a 4 chicos nuevos de otro
grupo diferente de alcohólicos que se ubican en la zona de la Ceja de El Alto,
dos de ellos han pedido tomar más distancia y le hemos apoyado internándolos en
un centro en otra ciudad (Cochabamba), y los otros dos están con nosotros
Año 2002 A dos de los más antiguos, además de sus
estudios secundarios los estamos apoyando en carreras técnicas: a Daniel en
Programación de Computación y a Gregorio en Ensamblaje de Computadoras; este
proyecto-formativo cuenta con un convenio con el Instituto CEC (Centro de
Estudios en Computación) que nos apoyan con la mitad de la mensualidad.
Y a otros chicos que van descubriendo qué es lo que
quieren les hemos apoyado en pintura en telas y tallado de madera.
El año 2004 3 chicos fueron a la Universidad
Este año 2005 contamos con 8 chicos que ya habiendo
terminado su bachiller se han animado a seguir estudios universitarios, 8 son
del proyecto y a dos estamos a apoyando a cambio de que ellos vienen apoyando
en el proyecto en el área educativa y agronomía
- Fundamentación.
La agresividad
como problema eje que ordena la experiencia, no estaba definida cuando ésta se
inició. Pero, a medida que se iba
reflexionando sobre el proceso, se constata que la conducta agresiva y hostil
de los chicos de la calle era un elemento que había condicionado las
posibilidades de realización de las actividades planeadas. Igualmente se asumió que el control de esta
conducta era un prerrequisito para el desarrollo de cualquier tipo de
estrategia con los chicos. Así mismo,
se discutió que muchas veces de manera intuitiva había ido realizando acciones
que redundaron en una disminución de la conducta agresiva de los chicos con los
cuales el contacto fue más estrecho y permanente, pero no estaba
suficientemente claro qué acción había sido la más “eficiente” ni por qué.
Todo esto
llevó a definir la conducta agresiva de los chicos y la diversidad de
modalidades de intervención a través de las cuales se buscó modificarla.
Si bien las
manifestaciones agresivas fueron evidentes desde los primeros contactos con los
chicos de la calle, no fue fácil entenderlas ni comprender lo que las
motiva. Las primeras explicaciones las
concebían como una respuesta al medio violento en que estos chicos se
desenvuelven, que a la vez lo reflejan y sirve de defensa.
El proceso de sistematización ha
permitido ampliar este análisis, a través de la profundización del conocimiento
de los chicos y sus historias, de una nueva mirada, más detallada, a su
comportamiento agresivo en sus diversas manifestaciones y a la emergencia de
emociones y reacciones de signo distinto, como la solidaridad entre ellos.
Todo lo
anterior lleva a plantear como recurso compresivo del problema un paradigma
biográfico en los chicos, en el cual la agresividad aparece en el propio hecho
de la migración y en la manera cómo la migración se produce: hogares en crisis,
en medio de una gran miseria y marginalidad, donde los hijos son estorbos y se
convierten en objeto de maltrato físico, mental y moral desde muy
pequeños. Es frecuente la expulsión o la
entrega a otras familias o persona, tanto como las huidas voluntarias de los
chicos. La respuesta agresiva se va
gestando en esta historia e irrumpe con fuerza cuando el menor se enfrenta a la
sobre vivencia en la calle y debe defenderse dentro de los grupos que lo acogen
frente a las demandas externas.
Después del
trabajo realizado se llega a la conclusión que la agresividad es una respuesta
defensiva y no una reacción pasajera a las condiciones anormales de su
desarrollo y sobre todo a la falta de unidad familiar y afecto. En este contexto explicativo, la comisión de
actos antisociales se convierte en parte de la sobre vivencia de estos
chicos. Otro hecho importante que se
descubrió fue que muchos de ellos no habían roto sus vínculos familiares, que
los siguen manteniendo, aún con el carácter problemático ya citado, por lo que
la reinserción familiar era un camino que se debía seguir como objetivo.
- Propósitos de la comunidad.
Los objetivos
del proyecto inicial en el que estaba trabajando el proyecto eran, por un lado,
disminuir la tasa de mortalidad de jóvenes mediante un programa intenso de
abstinencia, control de peso y talla, y de acciones de apoyo a los chicos que
aún permanecían en la calle, como la entrega de alimentos; y por el otro,
elevar los niveles de socialización de los chicos del proyecto, mediante
espacios socio-educativos de aprendizaje (apoyo escolar) y el desarrollo de
actividades de recreación.
Sin embargo,
las dificultades surgidas merced a la presencia de muchos chicos agresivos y
reacios a la sociabilidad, motivó que se efectuara un trabajo particular de
reinserción educativa de estos chicos, lo cual dio óptimos resultados en muchos
de ellos, ya que continúan satisfactoriamente sus estudios, también se decidió realizar un plan de trabajo
específico con los chicos de la calle, con el objetivo de disminuir su conducta
agresiva y generar así las condiciones para que pudieran integrarse al grupo.
Es importante
señalar que este comportamiento no es una respuesta pasajera a determinados
estímulos, sino constituye el eje de la relación entre el mundo interior de los
chicos y el de la realidad exterior. Por
esta razón, el proyecto no se propuso diluir o abolir la agresividad en ellas,
sino fomentar una canalización de esta energía a través de otro tipo de
relaciones que permitan una reinserción menos dolorosa y difícil en el medio
social: El trabajo.
Al mismo
tiempo, la entidad se propuso satisfacer otro objetivo suplementario pero no
menos importante para los proyectos que lleva a cabo. El proyecto buscaba efectivizar y orientar el
papel de los educadores y de todo el equipo que trabaja, a partir de un proceso
organizativo-educativo y de actitud crítica y comprometida frente a los chicos,
descubriendo en éstos sus aptitudes y características particulares para lograr
un trato individualizado. De este modo, la experiencia nos exigió una
permanente auto evaluación, por lo que se convirtió en un medio para el
enriquecimiento e intercambio con el personal de apoyo (club de Leones,
hermanas de la congregación) y el equipo, lo que permitió el avance de las
actividades planificadas.
- Cómo se realiza la comunidad.
En cuanto a las
propuestas metodológicas de trabajo, el equipo y voluntarios se planteó los
siguientes pasos a seguir:
a) Ganarse
la confianza de los niños;
b) Responder
a sus intereses y necesidades;
c) Respetar
su sentido crítico;
d) Buscar
alternativas y sobre vivencia.
Para la
consecución de lo cual, la intervención supuso la consolidación de los
siguientes pasos a seguir:
a) Coordinación
y organización entre los servicios de salud, el programa educativo.
b) Apoyo
y organización, consolidando a los líderes y potenciando una cultura de
respuesta constante a la crisis.
c) Interacción
entre los sectores de la población atendida.
En la
experiencia han participado entre 25 a 40 niños de la calle. La mayoría trabajaban y estudian en el mismo
proyecto, lo cual les dio cierta preparación para la vida “independiente”. Algunos de los que recaen y regresan a sus zonas de influencia, por los constantes
abusos a que son sometidos por parte de la policía y bandas rivales, han retornado
reiteradas veces al terreno.
Ante este
panorama, se planteó como principio metodológico ganarse la confianza de los
chicos como condición para generar una verdadera comunicación entre el grupo y
el equipo. Además era importante
también responder a sus intereses y
necesidades ya que la experiencia nos enseña que plantear actividades que no
responden a la expectativa de los chicos genera aburrimiento y por tanto
rechazo. Finalmente, nos propusimos
respetar su sentido crítico, respetar sus puntos de vista, buscar alternativas
de sobre vivencia y cuestionar su sistema de valores, especialmente en relación
a la práctica del robo como medio de sobre vivencia.
El proceso de
acercamiento concreto a la realidad vital de estos chicos se produjo cuando
ellos se vieron obligados a quedarse más tiempo en el terreno y relacionarse
con los otros chicos. También contribuyó
a ello el sentirse aceptados por el equipo y voluntarios, creándose de ésta
manera las condiciones iniciales para empezar un trabajo con ellos. Sin embargo, a medida que crecía la confianza
de los chicos de la calle se comportaban de manera cada vez más agresiva con
los otros chicos.
Por su parte,
el equipo participa enseñando a los chicos diversas técnicas manuales
(construcción de obras civiles, instalaciones eléctricas, sanitarias, crianza de animales, cultivo de plantas en
carpas solares, carpas hidropónicas, computación, artesanía, tarjetería, apoyo
educativo, etc.)
Así, entre
otras cosas, se puso en marcha un servicio de salud que los atendiera en sus
múltiples problemas (enfermedades, heridas, etc.), lo cual atribuyó enormemente
a ganarse su confianza, para también aumentar su propia autoestima, ya que
nunca antes nadie se había preocupado por ellos.
- Balance de la innovación.
En
aproximadamente cinco años, el proyecto ha atendido a un promedio de 30 a 40
chicos de la calle. Viven
permanentemente a la fecha 27 chicos. El
resultado de nuestro trabajo con estos chicos nos permite afirmar que en 23 se
ha logrado disminuir el consumo de alcohol y los riesgos de mortalidad,
constatándose un mayor cuidado de su persona, más respeto entre ellos mismos y
hacia los demás (niños o adultos) y una disminución notable en el consumo de
inhalantes. Actualmente estos
chicos están organizados para adquirir
más confianza y trabajar “honradamente” en cualquier dependencia.
Esta experiencia
permite concluir que la modificación del comportamiento hacia el alcohol y los
inhalantes de estos chicos, como paso previo indispensable para lograr su
rehabilitación e integración a su medio social, se puede conseguir si se
respeta al menor tal como es, sin imponerle conductas o reglas. Estas mas bien deben ser definidas
conjuntamente con el niño, adolescente o joven; en este contexto educativo, el
rol del equipo es enseñar a los chicos, antes que nada, que son unos seres
humanos como los otros, con los mismos derechos y responsabilidades, que pueden
decidir cambiar si lo desean. Así,
podemos concluir que el propósito final de la experiencia, el orientar a estos
chicos que se descubran así mismos como personas, ha sido alcanzado.
En la actualidad
estos niños, adolescentes y jóvenes que viven en el proyecto han logrado
finalizar 8 de ellos su bachillerato con diversos puestos de excelencia y los
menores han concluido satisfactoriamente su educación primaria, como también
dentro del proyecto efectúan labores de crianza de animales y cultivo de
plantas que sirven para la alimentación de ellos mismos, ya vamos por espacio
de 4 años cosechando papa y cebolla para autoconsumo comemos de nuestra cosecha
de marzo a octubre, de las carpas solares vamos cosechando remolacha, rabanito,
acelgas, lechugas, apio, perejil, culantro, pepinos, cebada, alfalfa, elaboran
el pan para su consumo, así como también apoyan a los maestros albañiles lo que
les permite tener conocimientos básicos de albañilería. Esto les ayuda a fomentar su responsabilidad
y conocimientos para una vida futura fuera del proyecto.
Como conclusión
general, producto de la experiencia y su sistematización, se puede decir que sí
es posible lograr la abstinencia del alcohol y sus consecuencias trágicas de
los chicos de la calle, siempre que se consideren los siguientes criterios
metodológicos, respetarlos, escucharlos y establecer actividades flexibles y
que respondan a sus intereses y necesidades.
Del mismo modo, conseguir que tengan un contacto permanente con el
proyecto, brindarles un espacio físico que les permita descubrir y desarrollar
sus potencialidades e incentivar que ellos mismos vayan estableciendo reglas y
normas, con la asesoría de los promotores.
8.-CONTEXTO
El Alto se encuentra
situado entre los 4,100 ó 4,200 metros sobre el nivel del mar. El clima es muy frío, la temperatura oscila
entre 8 y 12 grados centígrados y en invierno descienden bajo cero (de 5 a 8º).
La ciudad de
El Alto nace como consecuencia de un proceso gradual de Asentamientos Humanos
que no encontraban cabida en la ciudad de La Paz, primero aparece como zona
rural y luego como zona marginal. Es una
ciudad nueva que está creciendo, donde toda su población es emigrante del campo
y de las zonas mineras.
La mayor parte
de las familias son numerosas con un promedio de 5 hijos por familia, siendo su
situación económica muy precaria debido a que la mayoría son vendedores
ambulantes. Se da muy fuertemente el
problema del alcoholismo y el maltrato a la mujer y al niño, esto hace que los
niños opten por abandonar su hogar, dedicándose en principio a trabajar en las
calles y quedándose a vivir en ellas, pasando a ser niños con conducta de alto
riesgo ya que se inician en la delincuencia por el consumo de drogas. La constante inhalación afecta al desarrollo
personal, produciéndoles en las neuronas daños irreversibles.
Vivir en
las calles del Altiplano boliviano es
muy duro por las condiciones climáticas, pero sobre todo porque los chicos son
testigos continuamente de actos de agresión maligna durante la niñez.
9.- JUSTIFICACION
DEL PROYECTO
Las
actividades y talleres que en estos centros se realizan se han desarrollado de
tal manera que ayudan a ser un proyecto autogestionario (dinámica de
enseñar a pescar más que regalar el pescado).
10.-
OBJETIVO GENERAL
Crear un hogar
donde haya acogida para todo el que lo desee.
Un hogar abierto y con una estadía voluntaria.
11.-
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
- Que los chicos lleguen a tener confianza de que hay gente que les quiere desinteresadamente.
- Despertar la sensibilidad y la solidaridad en los chicos para que siempre su actuación sea la de reconocerse como personas dignas.
- Queremos impulsar el amor a la vida como la única fuerza que puede acabar con el deseo humano de destruir.
- Se busca que el chico sea consciente de su propia problemática para que sea el mismo dueño de su rehabilitación y reinserción.
- Desarrollar con los chicos un programa de formación integral (educación básica, afectiva, sexual, intelectual, profesional, humana, …).
- Fortalecer la cultura popular consolidando su identidad, comidas, danzas, música, valores comunitarios,…
- Fortalecer líderes de base que fomenten la organización infantil y juvenil, la unidad y la participación.
- Se han ido creando talleres de producción que sirvan para la autofinanciación del proyecto.
12.-METODOLOGÍA:
Pretendemos
que en este proyecto el niño, adolescente o joven sea el protagonista de su
historia. Por ello, se ha ido elaborando y realizando con ellos y desde
ellos las acciones a seguir según sus necesidades y motivaciones.
El método a
seguir esta formación integral, se basa en una pedagogía de la ternura, de la
comprensión ante la exigencia. Se trata
de un acompañamiento más personalizado que en grupo, pero potenciando en todo
momento el convivir y compartir con los demás.
Pretendemos que el desarrollo y el aprendizaje sea el chico con el
chico, es decir, que los unos a los otros se apoyen en sus tareas diarias.
13.- ACTIVIDADES:
Los chicos están
implicados en todo el funcionamiento de la casa (limpieza, cocinas, crianza de
animales, cultivo de plantas, mantenimiento,..). La modalidad es la vivencia de un hogar en
familia, donde se comparten todos los quehaceres. Para ello, los propios chicos tendrán que ir
elaborando sus propias normas y reglas de comportamiento.
En función de
los deseos de los chicos en la actualidad tenemos alternativas de formación
técnica:
- Taller
de carpintería.
- Taller
de computación
- Crianza
de aves, ovejas, cerdos, conejos, cuyes, peces.
- Carpas
solares (invernaderos)
- Panadería.
- Taller
de artesanías típicas
- Tarjetería
- Pintura
- Costura
- Cocina
Y a más largo
plazo existiría la posibilidad de:
- Taller
de cerámica.
- Capacitación
en la crianza de animales.
En cuanto al
área educativa propiamente dicha, cabe la posibilidad de que es escolarizada o
no escolarizada (alternativa), técnica y universitaria, creando para ello una
especie de biblioteca con apoyo de otros voluntarios.
14.- CAMPOS DE APLICACIÓN
Sentimos
que los y las voluntarias u otras instituciones podrían apoyar, acompañar o
desarrollar, otras actividades en.
- El área educativa.
- Reforzamiento escolar
- Nivelación para los que no
asisten a la escuela
- Conocimiento propio y
autoestima.
- En apoyo a terapias,
individuales y grupales
- Acompañamiento psicológico a
sus familias
- En un estudio sociológico
- Terapia ocupacional.
- Capacitación en cuidado de
plantas.
- Capacitación en cuidado de
animales.
- Construcción.
Este
acompañamiento tiene muchas satisfacciones al ver que niños y jóvenes van
saliendo adelante, ver cada día sus luchas y sus logros, sabemos que dejar la
calle, el alcohol los inhalantes es una
lucha fuerte, pero la vida en grupo lo va permitiendo y ellos junto a su fuerza
de voluntad van logrando salir adelante, Sra. Marta a Ud. y el grupo de ABIA le
estamos totalmente agradecidas y agradecidos por el gran apoyo que nos vienen
brindando para mejorar nuestro estilo de vida en la cotidianidad del
Proyecto Luz de Esperanza.
Con cariño,
--La familia Luz de Esperanza
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